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“ÉL LE DA ESPERANZA A LA GENTE’’

El receptor de los Azulejos Alejandro Kirk pone los hits y la inspiración en el Barrio

Por Jerry Crasnick

El receptor de Toronto, Alejandro Kirk, aborda el béisbol y la vida con una mentalidad más de obrero que de celebridad. Sin embargo, Kirk todavía tiene un talento para atraer a los aficionados.


En agosto, miembros del equipo de Pequeñas Ligas de Tijuana viajaron desde Williamsport, PA, al Bronx para un juego entre los Yankees y los Blue Jays. Estaban felices de tener una audiencia antes del juego con Kirk, quien dejó su Tijuana natal a los 17 años para firmar su primer contrato profesional con Toronto. Kirk posó para fotos, firmó gorras e intercambió bromas mientras los niños esperaban su turno, el aire preñado con reverencia e ilusión.
 

"Fue maravilloso ver a esos niños divirtiéndose y disfrutando del momento en un estadio de Grandes Ligas", dijo Kirk. "Es algo que me hubiera gustado hacer cuando tuve esa edad. Ver sus emociones no solo al hablar conmigo sino con los otros Peloteros de Grandes Ligas... fue una experiencia maravillosa".
 

La temporada 2022 ha estado llena de experiencias memorables para Kirk.  Llegó al equipo de Estrellas de la Liga Americana como abridor, recibió el primer lanzamiento ceremonial de su compatriota Fernando Valenzuela en el Dodger Stadium, y a sus 23 años ha jugado un papel central en su equipo calificado para playoffs en Toronto.  Ahora viene la parte realmente divertida, cuando los Blue Jays participan en una serie de comodines de la Liga Americana a partir del viernes.

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Las cifras reflejan el impacto de Kirk.  Lidera a todos los receptores de Grandes Ligas con un promedio de bateo de .286 y ocupa el tercer lugar con un promedio OPS de . stop 790. Su estadística más impresionante es un tributo a su control del bate, disciplina en el plato y zona de strike compacta.  En 539 apariciones en el plato, Kirk tiene 63 bases por bolas y 57 ponches.  Entre 130 bateadores calificados de Grandes Ligas, solo Luis Arraez de Minnesota y Steven Kwan de Cleveland exhiben una tasa de ponches más baja.


En su caso, es difícil de apreciar la esencia sin observar el estilo. Kirk marca todas las casillas con su carisma de pelotero por excelencia.
 

Es uno de los favoritos entre sus compañeros de equipo porque juega el béisbol con dedicación y profesionalismo. Los lanzadores de Toronto, en particular, aprecian su atención al detalle y su involucramiento emocional en sus triunfos. Es un ejemplo para los Peloteros jóvenes en su México natal y para los de pocas posibilidades en todo el mundo por razones más asociadas con la percepción que con la realidad.
 

Con 5 pies, 8 pulgadas y 245 libras, Kirk es el clásico valor atípico. Los Blue Jays lo firmaron en una exhibición de talentos de Tijuana por un bono de $30,000 en 2016, y ahora es el bateador limpiabases entre Vladimir Guerrero Jr. y Matt Chapen en la alineación de Toronto.
 

"Creo que él le da esperanza a la persona promedio", dijo Alek Manoah, lanzador de los Blue Jays.  "El chico que no tiene 6'4" ni 220 libras. El chico que tiene un poco de sobrepeso. Es como que él les da esperanza de que, mientras trabajes duro y ames el juego y tengas un talento y seas capaz de maximizarlo, eso es todo lo que importa".
 

"Hubo un TikTok (recientemente) con alguien burlándose de su tamaño. Era como 'No puedo creer que este tipo sea un pelotero de las mayores'. Y (Kirk) estaba en el vestuario riéndose de eso.  Decía, 'Aún estoy aquí. Todavía estoy trabajando duro y me va bien, así que no creo que ninguna de esas otras cosas realmente importe'".

Kirk irradia humildad y un enfoque de negocios en el estadio. Durante una entrevista reciente en Fenway Park, se sentó en el dugout visitante y respondió preguntas en su español nativo con ayuda del traductor de los Blue Jays, Héctor Lebrón. Llevaba una cruz de plata en el cuello y una camiseta azul claro con las palabras "Body Build for Work" ("Culturismo para el Trabajo") inscritas en letras blancas.


Si bien los miembros de los medios resucitan la frase "construido como un hidrante" en su honor y los fanáticos se maravillan de sus logros, él encarna la idea de que el tamaño no lo es todo. 


"Nunca pienso en mi estatura o mi peso", dijo. "Pero si eso puede inspirar a muchos niños, sería increíble para que ellos sigan trabajando duro y realicen sus sueños".


A pesar de su complexión robusta, Kirk es lo suficientemente ágil como para ocupar el tercero lugar entre los receptores de Grandes Ligas en encuadre de lanzamientos, según Baseball Savant.  "Creo que jamás lo he visto perder un bloqueo", dijo el abridor de los Jays, Ross Stripling. "Es tan bueno con las bolas bajas porque no es alto". Kirk también ocupa un respetable puesto 46 de 83 receptores de Grandes Ligas en pop time, el tiempo desde que la pelota llega el guante del receptor hasta que llega al guante del jugador de defensa correspondiente.

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Más allá de sus destrezas en el béisbol, Kirk ha demostrado una capacidad para conectarse con sus compañeros de equipo y resolver cualquier barrera potencial del idioma y la cultura.  José Berríos y Yimi García son los únicos otros hispanohablantes entre los lanzadores de Toronto. Pero Kirk, cuyo dominio del inglés es un trabajo en curso, ha encontrado una manera de cerrar la brecha y afirmarse como un líder.  Una vez callado en las reuniones de lanzadores, ahora interviene rutinariamente con observaciones.
 

"(Más importante) que el idioma, tienes que tener una gran relación con tu cuerpo de lanzadores", dijo. "La confianza tiene que estar ahí. No tengo que hablar un inglés perfecto, siempre y cuando sepamos todo lo que debemos hacer en el juego. Cuanto más tiempo trabaje con ellos y tengamos esa experiencia, habrá una mejor comunicación".


La influencia hispana es fuerte en la casa club de Toronto.  Incluyendo a los Peloteros de países latinoamericanos y los nacidos en Estados Unidos o Canadá con raíces hispanas, casi 40 por ciento del róster de 25 jugadores de los Blue Jays en un momento dado es hispano.


Los Blue Jays se refieren a la dinámica como "El Barrio", y su crisol de habitantes está adornado con una chaqueta azul marino que cuelga en el banquillo cada partido. Completa un trote de jonrón y puedes vestir la chaqueta que exhibe banderas de más de 30 países que representan los lugares de nacimiento de los Peloteros, entrenadores y personal de la organización de Toronto.  La chaqueta fue concebida en honor a Lebrón, el traductor del equipo, pero ha llegado a simbolizar el poder de los compañeros de diferentes orígenes unidos en pro de un objetivo común. Guerrero, Kirk y los otros Peloteros hispanos marcan la pauta.

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"Es una buena mezcla, y ellos se ayudan el uno del otro, seguro", dice Stripling.  "Pasan el rato al final del banquillo y están entusiasmados, y es genial verlo.  Mis padres comentan todo el tiempo, como, 'Hombre, esos chicos ahí abajo parecen estar pasándola bien'".


"Es algo que recordaré en el futuro.  Realmente obtengo una instantánea de su cultura y el tipo distinto de béisbol que juegan. Hay más energía, y es una especie de versión más ruidosa del béisbol. Es genial. Creo que sale en algunas de las grandes entradas que tenemos y nos hace divertidos de ver. Creo que es único para nosotros".


Si bien Kirk es uno de los habitantes más discretos del Barrio, ha surgido como favorito de los fanáticos en Toronto y en otros lugares. Los jugadores de Pequeñas Ligas de Tijuana no son los únicos en la fila de posar para selfies y deleitarse con su atractivo de hombre común.

"Todo el que conoce o sabe de Kirk, lo ama", dijo Manoah. "Creo que se refiere a cómo le da esperanza a la gente.  Él no es el tipo de cuerpo perfecto. No vino del dinero ni de las mejores circunstancias.  Hubo muchos obstáculos en su camino, y es una Estrella de Grandes Ligas. Eso dice mucho. Nada más importa realmente, solo lo duro que trabaja y la gran persona que es".


Es el luchador de baja estatura y gran corazón que desafió las expectativas y sigue sorprendiendo a todos menos a sí mismo con su desempeño en el más alto nivel del béisbol.  La gente de México está especialmente orgullosa de los logros de Alejandro Kirk – pero su historia resuena en cualquier idioma.

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